lunes, 10 de febrero de 2014

Daredevil: Caída del paraiso.

Portadaza con  retroguiño al 11 S.
Hace ya casi veinte años que se publicó esta aventura concebida como un punto y aparte en la vida de Matt Murdock/Daredevil.
Y como el otro día echando un ojo a viejas grapas me encontré con ésta limitada me ha dado por repasarla.
Casi me avergüenza admitir que me flipó bastante de chaval, bueno de más chaval todavía de lo que soy aún :)

El personaje fue creado en 1964 por Stan Lee y Bill Everett y pronto fue evidente que el abogado ciego no tenía tanto tirón como otros personajes de la editorialConfieso que aparte de haber ojeado algún bibliotecas marvel en el Ateneo, desconozco totalmente las historias de esa época...y tampoco ando loco por leerlas, la verdad. 
Sólo pensar que por sus páginas desfilaban villanos chungos como El Matador o el Zancudo y estuvo guarreando por ahí Gene Colan, (un dibujero que por muy admirado que sea nunca me ha gustado un pelo) indagar en esos números me tira para atrás.



Solamente cuando Frank Miller se hizo cargo del personaje a la altura del 158 o así me llamó la atención el diablo rojo. El peso de la etapa de Miller, y en concreto su canto del cisne llamado Born Again acompañó al personaje como una pesada losa a pesar de tener una larga etapa desde finales de los 80 hasta principios de los 90 a cargo de Ann Nocenti, John Romita Jr y Al Williamson que ya quisieran para sí otras series.

Tras la marcha de la más que correcta Ann Nocenti, un tal Dan G. Chichester se hizo cargo de la serie.
El tipo éste solamente había destacado como guionista en Nightstalkers, de la noventera línea editorial Hijos de la medianoche. Ese engendro englobaba todos los títulos "oscuros" marvelianos: Ghost Rider, Darkhold, Morbius, Nightstalkers y demás morralla, por lo que tampoco nadie esperaba la segunda venida de Cristo precisamente.

Con semejante bagaje en su currículum no resultó extraño que su primera saga bastante más lamentable que ésta que nos ocupa La Caída de Kingpin fuese tan olvidable como artificiosa. Con tanto sin sentido en la colección ya nada parecía levantar los ánimos pero el fulano ideó ésta Fall from Grace como un nuevo punto de partida en la vida del viejo DD. La aventura proporcionó a Marvel un aumento de ventas que aseguró el lugar como guionista regular a Chichester durante algunos años más, y unas cuantas comidas calientes que llevarse a la boca.

Publicada originalmente entre los números 319 y 325 de la serie y aquí en Españistán en una miniserie de 7 números llamada Caída del paraíso en 1994 publicada por cómics fórum.
Cuenta a los lápices con el hot artist Scott McDaniel.
Un tipo que empezó a despuntar allá por esas fechas con un trazo a medio camino entre Jim Lee, Rick Leonardi y alguno más. A pesar de que su narrativa aquí es más confusa que en otros trabajos posteriores, se le intuye un tipo correcto en busca de su propio estilo.
También se nota que prima la espectacularidad en detrimento del sentido narrativo sobre todo en las secuencias de acción, osea, la misma mierda que se llevaba de moda durante los noventa en el mundo del cómic americano. Otro de sus puntos a favor son sus contínuos juegos de sombras rollo Frank Miller en Sin City explorados más profundamente en la confusa El árbol del conocimientoElektra: raíz del mal.





Sinopsis:
En los 60un telépata llamado Eddie Passim,  lanzó un frasco que contenía un poderoso virus experimental en los túneles del metro de New York como parte de un experimento secreto de la Cia. El virus tiene el poder de alterar el cuerpo de una persona según los deseos de quien se exponga a dicho gas. A pesar de lanzar la probeta a los túneles desde un vagón en marcha, la dichosa vasija con el virus no se rompe y se pierde entre la mierda de los túneles. Cuando Eddie vuelve a casa y sobrevive a un intento de asesinato de la Cia para silenciarle, se ve obligado a huir y esconderse.

Postureo.
En la actualidad, el General Kencoy, responsable de aquel experimento de la Cia, contrata al grupo de mercenarios de Marta Plateada para que encuentre al tal Eddie, quien en la actualidad es un sin techo desquiciado que mal vive por las calles de New York, y les revele dónde tiró el virus.
Daredevil se ve enmedio del asunto e intenta ayudar al pobre tipo enfrentándose a Kencoy y a los mercenarios de Marta Plateada.

Por otro lado, Ben Urich, un periodista amigo de DD que guarda en secreto su identidad secreta es engañado por una asistente y ésta le roba esa información. Pronto la prensa se inunda con la noticia de la verdadera identidad de DD.

Poco a poco Daredevil se ve envuelto en una carrera por conseguir la encima del virus extraviado durante tantas décadas y se verá las caras con la organización de asesinos conocida como La Mano, el antihéroe Veneno o el vampiro viviente Morbius. Cada uno de ellos ansía el virus para utilizarlo en su propio beneficio. Mientras, el mismo Daredevil se verá acosado por el Hijo del Diablo, un doble demoníaco de él mismo creado por una reina vudú unos episodios atrás y que desea fervientemente convertirse en humano al mismo tiempo en que debe lidiar con los graves problemas que supone para su vida el tener a la prensa dando por culo e indagando sobre él.

Finalmente DD se enfrentará a La Mano y al Hijo del Diablo junto a una aliada inesperada: una redimida Elektra, que tras su muerte y posterior resurrección ha hallado la paz que tanto anhelaba junto a la orden que entrenó a ella y a Matt.
Durante el clímax final, el llamado hijo del diablo muere después de ingerir el virus y su cuerpo demoníaco se convierte en humano, concretamente en un doble de Matt Murdock.

DD, deja el cadáver de "Matt Murdock"  como troleada final prueba de que las especulaciones de los periodistas con respecto a si era o no Daredevil eran infundadas y han llevado a la muerte al abogado ciego. Una vez "muerto", Matt decide crearse una nueva identidad y comienza una nueva vida lejos de su pasado como abogado en la Cocina del infierno.



...y puede rallar queso con las hombreras.
El guión de Chichester peca de pretencioso, enrevesado y con agujeros de guión alarmantes. También se atisba un ansia por meter con calzador a personajes al tuntún solo para vender más y darle enjundia a la saga.Veneno, Morbius o Marta Plateada se pasean por sus páginas por diferentes motivos tan peregrinos y cogidos por los pelos que desaparecen de la trama bastante rápido. Y el tema de la identidad de Daredevil se plantea de forma interesante pero se va desinflando hasta resolverse de esa forma tan cutre y del montón.

Por otra parte, la actitud final de Matt es de un cinismo digno de Rajoy:

El tío decide de forma irresponsable y egoísta dejar creer a sus amigos que ha muerto para irse a vivir del cuento a otra parte de la ciudad. Incluso a su novia Karen y su amigo Ben Urich les hace creer que es otro Daredevil  ya que ellos sabían la identidad secreta de Matt; es más: ¡Son tan idiotas los dos que no se dan cuenta de que todo es un camelo! 

Toda una joya de persona el gilipollas de Matt tal y como nos plantea el asunto el amigo Chichester.

Por supuesto como todo tebeo de los 90 viene acompañado de un aura de
"¡Oh si, nena! Ésto va a ser la polla. ¡Mirad que traje/armadura más guapo y molón le hemos puesto a Daredevil para que sea más malote, mirad!"
En mi opinión el traje armadura no está mal del todo, a kilómetros de distancia del por ejemplo Thor de rebajas llamado Thunderstrike o del Spiderman de baratillo ese de Araña escarlata.

Aún así, ese pequeño punto no salva la historia, sobre todo por ese regreso de Elektra. Después de morir hace la porra de años a manos de Bullseye resulta que fue resucitada por La Mano y después encontró la paz interior (de ahí el que vista de blanco y no de rojo como era habitual en ella). 
Como era de esperar, la polémica por la resurrección de Elektra tocó los cojones de muchos de sus seguidores, por no mencionar a su autor Frank Miller que cogió un cabreo de orangután. A partir de aquí a Elektra se le dedicó una serie regular bastante patética a cargo de Peter Milligan y Mike Deodato y con ella se esfumó la mítica que envolvía a la antigüa asesina griega que tantos momentos onanistas ha dado a más de uno (yo incluido).

En fín, la situación duró un par de años (hasta el 350 o por ahí) con Matt viviendo como un buscavidas y estafador llamado Jack Batlin para después sufrir una crisis de identidad de caballo.
En una aventura aún más estrambótica que ésta, sus amigos Karen y Foggy ,quienes había pasado de sus culos hacía no tanto, le ayudan a recuperarse, retomar su identidad de Matt Murdock y su uniforme rojo de siempre.

Conclusión:
Sin ser una bazofia infumable, ésta aventura deja mucho que desear. de hecho es todo un ejemplo del típico "Quiero y no puedo". 
Recomendable para fans del cuernos por su dibujo, algunas situaciones bien resueltas y poco más. Cualquier seguidor de siempre de Daredevil, optaría antes por la famosa etapa de Miller, la de Nocenti, la impresionante historia/rio de Bendis e incluso la fallida Shadowland antes que revisar ésto.

Saludos a tod@s.






2 comentarios:

  1. A mi me gusto mucho la verdad. Y tu entrada también. Saludos

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  2. A mi me gusto mucho la verdad. Y tu entrada también. Saludos

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