sábado, 19 de julio de 2014

¿Qué hace éste cómic en mi estantería? Round 3. Daredevil:La pesadilla americana.





Ya he comentado varias veces que el Daredevil de la guionista Ann Nocenti es junto al de Frank Miller y el de Brian Michael Bendis mi favorito. ¿Razones? Hay múltiples y variadas, pero para razonarlo voy a recordar un número (el 27 de fórum) que cuando lo leí no me llamó mucho la atención.
Hace poquito, en una de mis noches de jardín, cubata y tebeos, revisé éste número.

La historia tiene lugar en la etapa en que Daredevil dejaba la cocina del infierno después de su historia chunga con María Tifoidea y de ponerle los cuernos a Karen Page. Matt se colgó la mochila y se recorrió el país a "buscarse a sí mismo".
El abogado ciego llegaba a un pueblo dónde vive un inmigrante llamado Víctor. El hombre éste llegó a estados unidos en busca del sueño americano y trata de materializarlo creando un coche con productos reciclados.
Pues bien, a partir de promocionar su invento al hombre se le viene todo encima. Hacienda comienza a investigarle, recibe la visita de inmigración que intenta buscar cualquier excusa para tirarlo del país y demás marranadas. Daredevil y el Capitán América se ponen de parte del hombre y hasta intentan frustrar sin éxito el que unos matones destrozen el coche que ha fabricado.

Tras esos hechos el pobre tipo se desmorona e intenta saltar de un edificio ante los impotentes héroes y vecinos que observan desde el suelo a Víctor envuelto en una bandera americana y con el ánimo destrozado. Cuando salta al vacío, Víctor se desprende de la bandera y muestra su último invento: un jetpack que evita que se estampe contra el suelo en el último momento.
El Capitán América recoge y abraza la bandera caída contento por ver que a pesar de todo, Víctor no ha dejado de soñar el sueño americano.

A grandes rasgos, Nocenti describe un gobierno corporativo que intenta evitar un cambio del modelo en el estilo de vida americano en ésta corta historia.

Me resulta muy curioso que éste cómic no lo recordara tan crítico, y es que Ann Nocenti utiliza al Capitán América convirtiéndolo en un perroflauta de cuidado.

En fín. Hasta otra, me voy a dormir un rato. ¡Saludos!






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