viernes, 21 de junio de 2013

Trap avoided!

¡Gracias, Almirante!
No suelo ser un tipo demasiado atento a lo que me rodea en el mundo físico. Bastantes veces me he encontrado con algún amig@ o familiar que me han recriminado el que no les saludara tal o cuál día por la calle o en otras partes.
Como excusa digo que tengo un rico mundo interior en el que estar inmerso y a veces eso me hace no percatarme de lo que me rodea lo cual es un eufemismo para decir que voy emparrado por la vida.
Aún a pesar de ese handicap, mis sentidos felinos me alertan de cualquier perturbación o peligro inminente tal como me sucedió éste sábado pasado.

Aunque ésta historieta podría ponerle perfectamente la etiqueta de "ombliguismo" (¡Que mierda. La voy a crear ya mismo!), creo que merece un lugar aquí para que cuando mi existencia sea menos que un recuerdo alguien encuentre en el internet del futuro éste relato y utilice ésta epopeya como ejemplo de valentía y determinación para las futuras generaciones.

Todo comienza en Alicante, había quedado con una amiga para cenar y bailotear por ahí. Como soy muy dado a la improvisación, no caí en la cuenta que ya empezaban con el mogambo de las hogueras de San Juan.
Traducción: No había cojones a aparcar el puñetero coche en un lugar lógico.
Así que subimos donde Cristo pillaba chocolate y conseguimos aparcar.
Conozco medianamente bien Alicante, pero esa zona no la había pisado nunca (al menos estando sobrio). Por lo tanto, como cualquier humano previsor quise memorizar el nombre de la calle para no tener problemas luego al recoger el fordi. Eché mano del móvil para sacarle una foto a la placa por si olvidaba el nombre de la callejuela esa.

Kinki Ibéricus en su hábitat natural.
Casualmente por la acera me cruce con un par de kinkis ibéricus, y al pasar junto a ellos, la mirada de uno se fijó en el teléfono. De todos modos yo no le dí importancia y seguí mi camino hasta la placa de la calle.
Una vez conseguido mi logro y cuando comenzamos a avanzar por la acera, me fijé que unos seis o siete metros más adelante los dos quinquis estaban apoyados en las fachadas de esa acera.

Me resultó curioso por dos razones:

1ª. Estaban separados el uno del otro por una distancia de unos tres metros y no estaban frente a ningún portal de viviendas. Un par de colegas se apostarían en la fachada uno al lado del otro de charreta, haciéndose un porrete o lo que sea..digo yo.

2º Uno de ellos miraba un poco hacia nosotros disimuladamente.

En esos momentos me acordé del almirante Ackbar y su clásico imperecedero "¡Es una trampa!", de el Retorno del Jedi y conforme avanzábamos me monté mi propia teoría:

En el momento en que rebasáramos al kinki número uno, el kinki número dos nos cortaría el paso y nos espetaría algún chascarrillo tipo: 
"¿Lleváis un euro para coger el autobús a Crevillente?".
No tendríamos opción de huída ya que los coches aparcados formarían una barrera artificial a nuestra izquierda bastante consistente y el kinki número uno evitaría nuestra retirada de forma efectiva.
Si me ponía a pensar en lo peor, alguno de ellos podría llevar algún pincho por si nos poníamos gallitos, y como no tenía ganas de que nos robaran y que nos jodieran la noche, le dije disimuladamente en voz alta a mi amiga:

"Vamos a cruzar de acera, que me parece que esos dos nos quieren atracar".

Ella se mostraba un poco escéptica al respecto, consideraba que era un poco estrambótico lo que habían hecho esos dos (seguir andando unos metros más, y detenerse separándose uno del otro) pero tampoco pensaba que era una encerrona (lógico, ya que ella carece de mi intuición paranoica), aún así me hizo caso y cruzamos la acera.

Yo estaba alerta y mirando de reojo cuando pasamos enfrente de los dos kinkis. Mis sospechas estaban bien fundadas cuando ví que el primero de ellos nos miró y acto seguido miró a su coleguita con cara de "Se ha jodido el plan, tron. ¿Qué hacemos?".
Ya no tenía otra opción que seguir mirándolos desafiante, a veces a los humanos hay que tratarlos como si fuesen perros y no dejar que huelan indecisión o debilidad por qué sino se crecen y te la lían.
Conforme andábamos cada dos o tres pasos echaba la vista atrás por si nos seguían hasta que uno de ellos se encaró desde lejos y me gritó un: "¿Que te pasa a tí?".

En ese momento pensé: "¡¡Que le den por culo a todo!!", dándome la vuelta.
"¿¡Cómo que qué pasa?!, ¡¡Eso os digo yo a vosotros... que queréis atracarnos, joder!!!", dije gritando.

Para mi satisfacción no dijeron ni media,  así pues continuamos la marcha en la puta calle esa que no había ni un alma.
Yo estaba preparado para entrar en modo berseker por si nos seguían y tal. De hecho nos siguieron un poco, pero como yo a cada dos pasos me volvía hacia atrás y habían perdido el factor sorpresa se lo pensaron mejor y se quedaron por ahí tramando maldades de las suyas.

Hasta que no desembocamos en una calle transitada no dejé de estar alerta ante cualquier cosa, ésta amiga mía dijo que era un poco flipado y que el grito que les había dado ya había sido suficiente para amedrentarlos. Me daba igual, he leído suficientes cómics de Lobezno y sabía que los kinkis esos podrían estar acechándonos al amparo de las numerosas sombras urbanas como si fueran los ninjas de La Mano.

En fín, hicimos un trap avoided bastante efectivo. He de reconocer que la maniobra envolvente de los dos kinkis estaba bastante bien planeada:

-tenían a su favor el factor sorpresa.
-utilizarían los coches aparcados para cerrar nuestro flanco izquierdo.
-la emboscada de uno cerrando la vanguardia y el otro la retaguardia causaría la envidia del mismísimo Duque de Wellington.

Joder, estoy seguro que esos dos pringaos lo petarían a lo grande si jugaran al Empire: Total War.

¡Saludos a tod@s!








3 comentarios:

  1. joderrr!!! que miedito no? yo de ti hubiera salido corriendo sin parar asta perderlos de vista jejej.

    muy buena historieta ivan

    ResponderEliminar
  2. Seguro que me he ganado un lugar en Valhalla. Sólo falta la valkiria que me guie allí.
    Un saludo "anónimo".

    ResponderEliminar
  3. No sabian que estaban frente a un iluminado por el gran maestro Seku!

    ResponderEliminar