miércoles, 9 de abril de 2014

Fábulas de hoy y de siempre: El cuento del gato y la zorra.


El gatico defendiéndose de la zorra.
Hace mucho tiempo, cuando el mundo era un lugar mucho más apacible y los animales vivían sin ser molestados por el hombre. Vivía feliz en ella un gato negro. Bueno, no era negro por completo; su madre gata era blanca como las nubes y su padre, era un gato negro como una noche de luna muerta.
Nuestro amigo el gato vivía una existencia apacible: cazaba, jugaba, y a veces bebía de arroyos cercanos con sus colegas felinos.

Cierto día se cruzó en su camino una zorra. Cuyas trazas de malicia por la que el gato, como todo buen felino curioso, sentía cierta atracción.
Aunque la zorra parecía tener problemas con casi todos los animales que la rodeaban, el gato se hizo su amigo y aquella amistad desembocó en amor.


Era un amor extraño, el gato jamás se había enamorado de una zorra así, y la animadversión entre felinos y caninos jamás importaron entre ambos.
Pasaron dos años y juntos decidieron crear un hogar en un lugar bañado por el mar. Resultaba irónico que el gato insistiera en elegir ese idílico paraje con sierra y mar para vivir, pues el gato, amaba al mar más que a la tierra misma. Aquel lugar tenía un paraje precioso, con una bella tierra en la que el gato se sentía feliz, y un precioso mar en el que, cuando podía, solía bañarse y disfrutar de él. Estaba situado próximo a la capital de la comarca dónde vivían y, al mismo tiempo, estaba alejado de la vorágine del bosque principal que fluía con el bullício de las diferentes especies animales que convivían en armonía en aquel remoto pasado.

Los años pasaban felices para ellos, a pesar de que poco a poco el gato, veía como la zorra iba dejándose llevar por su espíritu repleto de maldad. Reñía con casi todos los animales frecuentemente y siempre culpaba a los demás de esas riñas. Aún así, el gato estaba enamorado y no tenía ojos para ver lo que otros animales si veían.
La zorra, cada vez más frecuentemente, demostraba que su amor por el gato no era más que conveniencia y se mostraba incapaz de manejar los sentimientos que el gato profesaba por ella. El felino incluso dudó de sí mismo durante un tiempo. Pensó que aquello no funcionaba por su culpa, que quizá algo no hacía bien. Finalmente, encontró la verdad y se dió cuenta de que suya no era la culpa.

Quizá no fuese de nadie, quizá la forma de ser de esa zorra no era compatible con la suya y la suya a la de ella. Más no podía seguir negando que habían muy pocas cosas que les unían; si acaso, lo hacían bienes materiales y una camaradería que el tiempo se había encargado de crear. Aún pues, no podía obviar que había infinidad de cosas que les separaban cada vez más sin remedio alguno.

Pasaron siete largos años y el gato terminó por comprender que no deseaba pasar el resto de sus días con una zorra rebosante de malicia. Agotado de poner de su parte, y de observar que a ella le importaba muy poco la relación si se mantenía la madriguera a su gusto; el gato se armó de valor y expresó en diversas ocasiones que las cosas entre ellos debían cambiar. Que necesitaba sentir que había algo más entre ellos que facturas y una madriguera en común.

Como un río que ve decrecer su cauce, el gato era consciente de que no tenía sentido prolongar una relación que no iba a ir a mejor, así que, finalmente, comunicó a la zorra su intención de terminar esa insana relación si no cesaba en su forma de entender la vida juntos.
Pero la zorra llevada por su inmaduro orgullo rechazó cualquier posible solución al problema planteado, bueno, si había solución en su pequeña mente envenenada de ira.
Si el gato se arrastraba a sus pies y se disculpaba, quizá podría olvidar esa afrenta hacia ella.

La zorra esgrimió unas lágrimas de cocodrilo que pronto se tornaron en odio, rencor y deseo de venganza. Primero le dijo al gato negro que se quedaría con la madriguera por que le gustaba vivir allí. El felino accedió pues, aunque le dolía dejar su hogar, no quiso prolongar más tiempo aquella exasperante situación.

Así pues, el gato negro debía buscar un nuevo lugar al que llamar hogar pero no iba a permitir que la zorra, que pretendía especular con la propiedad y sacar beneficio de ello, se apoderara de el dinero que le había regalado su madre gata, y que él había gastado en reformar la madriguera; ese mismo lugar que ya no sentía como su hogar.

La zorra decidió entonces recurrir a sus malas artes y amenazó al gato con denunciarle al consejo animal, que gobernaba en aquellos tiempos sobre todas las criaturas vivas, por robarle la carreta que él usaba para desplazarse por los peligrosos caminos de la comarca si no dejaba la madriguera por mucho menos dinero del que él había aportado.
El gato consideró una traición aquello, pues la carreta la había comprado él. Se maldijo para sus adentros por ser confiado como un cordero camino del matadero, y haber dejado la idenficación de la carreta a nombre de la zorra.

Podía haber obrado de otra manera, por supuesto. De hecho, pudo doblegarse y rendirse ante esa aberrante injusticia. Pero la naturaleza  indomable del gato le impedía rebajarse ante amenazas, por muy extremas que fueran. Así pues, no se rindió e hizo caso de lo que su corazón le decía que era justo y no movió un ápice su postura.
Dicho y realizado; con la mentira como aliada y amiga, la zorra cumplió su amenaza.

Al día siguiente, el gato fue acosado por el consejo animal día y noche, pero él no se rindió. No entregó su carreta, la cual consiguió ocultar de las autoridades animales en un pajar.
Después informó a las autoridades sobre la verdad del asunto por el que era reclamado.
Que todo no era más que un vil chantaje fruto de la frustración de la zorra, pero por supuesto, él, como gato macho, tenía menos credibilidad que una zorra falsamente compungida.
Mas sus alegaciones cayeron en saco roto.

De todos modos, el gato no se dejó intimidar y argumentó que la carreta la había dejado en la puerta de la madriguera y que la zorra se la había llevado. Es más; el gato aseguró que lo habría hecho para alimentar la pantomima y forzar su rendición.

La zorra, que tenía el tiempo en contra, no tuvo más remedio que retirar su mentira ante el consejo animal si quería que el gato accediera a resolver los asuntos con respecto a la madriguera.
Aunque maldita por su indecencia, se ganó el hogar por el que había traicionado al gato a costa de su escasa dignidad que se evaporó como agua derramada en el desierto.

Y en cuanto al gato: Venció a la mentira, consiguió legalmente su carreta, pues ya era suya en alma. Logró abandonar su antigüo hogar con todo el dinero que había invertido y, lo más importante de todo para él:
Recuperó la libertad de una relación malsana y tóxica.

Aunque el gato perdió su madriguera. Pronto encontraría su hogar en aquel mundo remoto....pero eso es otra historia que sigue reverberando como un lejano eco que perdura en la memoria de quienes saben escuchar.


Las situaciones y personajes aquí retratados son ficticios. Cualquier parecido con la realidad pasada, presente o futura es pura coincidencia XD


jueves, 3 de abril de 2014

Emancipation: Amor, sexo y libertad parte 3.


Tiene más místicismo que Sandro Rey.
                                     III 

Slave.
El primer corte nos avisa de que ésta última parte va a ser más movida y con menos pastel que la anterior. Con frases del estilo "Todo el mundo intenta romper mi corazón", "Solo quiero tener la oportunidad de jugar la parte de una persona verdaderamente libre" nos damos de morros con una canción centrada en la "esclavitud" en la que se encontraba Prince con cierta compañía discográfica.
El artista rescata la percusión de Ain't no place like u del horrible disco que le hizo a su querida Mayte (Child of the sun, 1995) y la incorpora a esta oscura canción.
Genial pieza para comenzar la tercera parte de su emancipación.



New World.
Con ésta canción acelerada y llena de tics del viejo Prince entramos en nuevo mundo de sonidos electrónicos aplicados a su forma de ver la música funk.
Algunos pasajes de la canción tienen toques conspiranoicos: "Nunca caminarás solo. Siempre estarán escuchando, especialmente por el teléfono" o refiriéndose a los avances genéticos: "¿Para que todo si puedes modificar la biología?", "¿Quién o qué seremos tú y yo entonces ?".
Creo recordar que el love 4 one another que cita varias veces durante la canción hace referencia a una fundación de caridad que auspiciaba por aquella época y que, incluso apoyó dando giras para recaudar fondos entre 1996-1997. De hecho, se cuenta por ahí que la mayoría de los beneficios que dió Emancipation fue para esta obra de caridad.
Con sus más y sus menos es un tema simpatiquete, bailable, curioso y disfrutable.

The human body.
Me costó bastante en pillarle el punto a esta canción dance (o lo que sea que sea esto), de hecho, depende del día, me mola o no me dice un carajo. En términos generales, la canción no está mal, aunque es claramente repetitiva, machacona y le sobran minutos.

Face Down.
Éste es uno de esas canciones geniales de Prince. Funk del que solo sabe hacer él. Aquí hay pullas a montones para todos, incluso para él mismo. La canción trata sobre un cantante llamado Prince al que habría que enterrar boca abajo para que todos los hijos de puta puedan besarle el culo.
Por el tema asoma un sample de la tal Poet99 que se repite constantemente "Dead like Elvis", haciendo referencia a la muerte de Prince y el sonido del claxon de un Jeep muy chulo.
Temazo.

La, la, la, means I love u.
Tercer cover en Emancipation de un grupo llamado The Delfonics. Blandengue y en la línea del pastel que le domina. No está mal, pero cuadraría más en el cd II ya que es una boqueronada más de Prince dedicada a su parienta.
Y a estas alturas uno está hasta los huevos de tanto Mayte, tanto Mayte...tío pesao.
 
Style.
En todo cesto siempre hay una manzana podrida y en esta tercera parte le ha tocado a esta canción.
No es que la canción sea mala, en términos generales me parece más repetitiva y pesada The human body pero al menos, esa me hace cierta gracia. Se pasa toda la canción con chorradas, que si para tener estilo hay que ser tal y cual (todo esto lo dice un tio que se ponía chorreras de la corte de Luis XVI y se viste como un prostituto gay). Comprendería que a alguien le molara este corte, pero yo la odio profundamente de forma irracional. Lo siento Prince, esta canción me repele :(

Sleep Around.
Me encanta el groove de ésta canción. Un temica con reminiscencias pop/dance. Fiestero y sin más pretensiones que divertir y hacer bailar. Cumple su objetivo con creces y mejora a cada escucha. Seguramente habrán otros que no les haga ni puta gracia. Me remito a lo de las opiniones y los culos.

Da,da,da.
Canción resultona cantada casi integramente por el tal Scrap D. a excepción de la última estrofa que está cantada/rapeada por Prince. Interesante por la parte final, por que el Scrap D. de las narices, casi se me hace tan cansino como el rapero ese que tenía Prince en la NPG de 1991/92: Tony M (maldito sea donde quiera que esté!).

My computer.
Una de mis canciones favoritas de Emancipation. Prince pone todas sus esperanzas de una vida mejor a través de internet y las nuevas tecnologías (quien le ha visto y quién le ve, ahora que va borrando canciones del youtube y denunciando a fans que comparten bootlegs por la red).
Kate Bush aporta la segunda voz, aunque apenas se la escuche.

Como curiosidad: el ritmillo de sinte con el que Prince juguetea en 03:43 es el mismo que usa como puente en musicology de 2004. Me mola esa faceta suya de construir una canción a partir de una pequeña idea sacada de algún detalle de una canción anterior. Casos así tiene bastantes y es uno de esos entretenimientos  que vas descubriendo cuando buceas por su discografía (la oficial y la filtrada.

One of us.
Último cover de Emancipation, y si se me permite la blasfemia, mejora muchísimo el tema original de Joan Osborne. Magnífica de principio a fín.
Destaco el trabajo de guitarra y la molona base musical que Prince rescata de love thy will be done, el tema que le compuso a su amiga Martika y que reutilizó de nuevo en 1999 en una versión que hizo en Séptimo (la última vez que estuvo en España) de motherless child -que es una bestialidad de actuación.

The love we make.
Uno de sus clásicos modernos épicos. Tuvo la inteligencia de incorporarla regularmente en sus directos desde el 2010 o por ahí, además de hacer la versión en vivo aún más impresionante que la de estudio.
Dedicada a la memoria de Jonathan Melvoin, hermano de la guitarrista de The Revolution, Wendy Melvoin y su ex novia Susannah Melvoin. Jonathan Melvoin era el teclista de Smashing pumpkins y había trabajado algunas veces con Prince en los 80 (la batería en Do u lie? la toca él).
Murió de sobredosis por aquella época (en julio de 1996).
Inmensa canción.

Emancipation.
Y por fín el "gran" cierre del disco. La canción no está mal, pero al estar después de temazos como My computer, One of us y The love we make, queda muy deslucida.
Mola un huevo y parte del otro la línea de bajo, pero aparte de eso y de que proclama su nueva ley vital (voy a hacer lo que me salga de los huevos), el tema se queda en tierra de nadie.
No está mal, tiene ritmo y tal, pero no me vuelve el escroto del revés como esperaba en un principio.

Y como bonus tracks, también hubieron algunos descartes aparecidos en un bootleg titulado Emancipation: The secret chapter:

I am the Dj.
Canción que me da bastante asquete, salvo por el saxo que se escucha por ahí y poco más. El tipo hizo bien en descartar la cosa esta.

Journey 2 the center of your heart.
Aquí hay muchas florituras vocales acojonantes y una melodía agradable. Es otra pastelada que en 1998 Chaka Khan versionaría para su álbum Come 2 my house y que servía como proyecto con contribuciones cruzadas junto al New Power Soul de New Power Generation y el GCS2000 de Larry Graham.

2020.
Cancioneta aburridilla y poco reseñable. Sinceramente, conocía la existencia de esta canción, pero hasta que no he hecho este post, no recordaba haberla escuchado nunca. Quizá con un par de escuchas más, y echando un vistazo a la letra cambie algo de parecer.

Slave 2 the system.
Retirada del disco por la inclusión de Slave, supongo que pensaba que sería redundante incluirla tambien.
Lástima que no pensara en la redundancia cuando empezó a meter pasteladas en el disco. De todos modos, el tema es muchísimo mejor que algunos cortes de Emancipation (ver Emale, White mansion o Style por ejemplo)

Feelgood.
Otra canción que podría perfectamente haber incluído en el disco. A mi parecer supera por bastante a algunos cortes que si están incluidos. Tema muy majo para mi gusto.

Goodbye.
Canción en plan despedida de alguna relación y tal. Descartada de éste Emancipation, el amigo le encontró un hueco en Crystal Ball de 1997.

Faltan algunas versiones alternativas de emancipation y soul sanctuary que tengo por algún rincón entre un puñado de bootlegs que guardo en mi leonera y no tengo ganas de buscar. De emancipation, existen dos versiones más: una sin la línea de bajo, y otra con los teclados dominando la canción. Con respecto a soul sanctuary, el cambio es mucho más profundo. El tempo sigue siendo muy parecido, pero la música es distinta. No suena nada mal, pero prefiero la versión incluída en el disco (ver ley de opiniones y culos).

Conclusión:
Bueno, después de un primer cd bastante bueno, salvo por algunos detalles que lo enturbian y un segundo con demasiado amor y relleno; llega la última parte, la cual es mi favorita. Casi diría que me sobran Style, The human body y si me pongo exquisito, La, la, la (means I love U) y Da, da, da. El resto es un no parar de cancionacas memorables.

Muchos critican Emancipation por la cantidad de canciones que tiene, pero a mí me da bastante igual. Si quiero un emancipation simplificado, me hago una configuración quitando a mi rollo las que no me gusten y tan feliz.

Hay que tener en cuenta que Prince, para bien y para mal, es un artista de excesos; y más aún que, después de emanciparse ya nadie controla sus bizarradas y locuras.

Lo que si tengo claro, es que si el sonido de Emancipation -que adolece de ser poco improvisado y electrónico, lo hubiese orientado más en la dirección del impresionante (y me quedo corto) Rainbow children de 2001 -con ese sonido mucho más natural; a día de hoy, estaría poniendo por las nubes este disco.

Lo más destacable de esa época es la valentía al no dejarse mangonear por una multinacional del calibre de Warner bros y querer seguir su propio camino. Hay que tener los huevos muy gordos para renegar de tu nombre y de un sector importante de público con tal de ser libre.

A día de hoy, gracias a su trabajo incansable y el ir a su bola, tiene la reputación de músico legendario bien ganada; y críticos musicales, cantantes y faranduleros le lamen el ojete siempre que pueden.
A él con hacer la música que quiere, actuar donde quiere, publicar con quién le apetece, tener dinerico para comprarse sus ropicas de diseño y petardear con alguna tipa, ya es más que feliz; Y si encima, es con tias veinte años menor que él, mejor. Me resulta curioso que tan testigo de Jehová que es, tan vegetariano, tanto  ir de recto por la vida a estas alturas sin decir palabrotas y tal; el pavo no pone objeciones a eso de ir con tias jóvenes.

En fín, con este tercer post ya he cerrado el círculo con respecto a mi particular visión de éste disco.
                                                               Peace and b wild!

miércoles, 2 de abril de 2014

Emancipation: Amor, sexo y libertad parte 2.


                                           II                                               Sex in the summer.
Comenzamos ésta segunda parte con una canción que a mí me apasiona. Un experimento que aúna pop y rock en aras de una canción veraniega y refrescante. Ojo a la parte final de la canción a partir de 04.30 donde la canción despliega todo su poderío para despedirse.
Prince grabó los latidos del corazón de su hijo cuando aún estaba en el vientre de Mayte y los remezcló en la canción -se escuchan nítidamente al comienzo y al final de la canción.

El pobre tipo no imaginaba que a los dos días de nacer, el bebé moriría, así que ésta canción no debe molarle nada de nada.
Kat Dyson toca la guitarra aquí, Eric Leeds se hace cargo de los instrumentos de viento y un tal Ricky Peterson toca el piano.


Como curiosidad; escuchando una canción de Funkadelic (Good old music) hace relativamente poco tiempo, me dí cuenta que el riff de batería que suena en Sex in the summer es igualica a la que abre ese tema, aunque la de Prince suena mucho más rápida y la utiliza algo más que para abrir el tema.
Y por otro lado, el duo de chiquitas rusas llamado t.a.t.u, utilizaron esta misma batería de Sex in the summer en All the things she said. No sé si lo de las t.a.t.u estas homenajearon/inspiraron en Prince o fue casualidad (joder, que extremo es meter en un post a Prince y a las pichonas estas juntos, madre mía. Me siento sucio). 
Lo que si tengo claro es que el de Minneapolis si debió inspirarse en Funkadelic consciente o inconscientemente (que no sería la primera vez ni la última), ya que Prince siempre ha manifestado la influencia de estos (y muchos otros) en su música.

One kiss at a time.
No sé que poder decir de ésta canción. Tiene ese toque de calidad que le pone a casi todos sus trabajos de los 80, pero ni aún así podría acercarse a, por ejemplo, Slow love (por pensar en alguna del mismo palo). Buena interpretación cercana al soul de Prince Puede tener su punto para una noche de cena y sexo.

Soul sanctuary.
A pesar de ser un pastelazo romantiquero, con ésta canción alcanzamos un gran momento. Un buen ritmo base que me suena a bossanova pasada por su mente funky, y evoca a pensar en corazones y estrellitas. Como la anterior canción, sirve de inspiración para una noche de esas. Me encanta ésta pastelada, aunque se pase de romanticón a ratos: "Pongo todo mi ser a tus pies", "En tus brazos quiero vivir y morir" etc...
La letra está escrita a medias con una tal Sandra St. Victor.

Emale.
Primera canción haciendo referencias interneteras contando una relación vía email. Por aquellos días, Prince estaba muy metido en la red y eso se nota en ésta canción.
El tema no es santo de mi devoción con tanto sintetizador que valdrá un cojón de pato y repite el esquema de white mansion (funky blandico).
Nada, nada: relleno puro y duro. Lo que pueda dar de carácter al disco ésta cosa ya lo aportará más adelante otras (y con mejores resultados).

Curious child.
Ésta canción me parece la más triste y mal rollera de todas. Por momentos suena a algo salido de la corte del rey Sol versión baratillo, manos mal que en la parte final Prince arregla y salva el tema con el piano. Se agradece la experimentación y el que Prince se desplace hacia tantas direcciones musicales, pero me da bajonera por el mal rollo que desprende la música.
Prince, majo. Déjate de melancolías y márcate algo animao hombre, por favor.

Dreamin'about u.
Otro experimento de los suyos. La interpretación vocal es, en su mayoría, susurrada más que cantada y está acompañado por una armonía rarufa. El saxo de Eric Leedsel bajo de Rhonda Smith y la guitarra de Katy Dyson le acompañan. Tema curioso y con su carga sensual flotando durante todo el tiempo.
No está mal, pero a estas alturas tanto boqueronismo y pasteleo es un poco cansino ya.

Joint 2 joint.
...joder, me quedé muerto cuando escuché esto por primera vez. Ese es el Prince de siempre pero más desatao.
Es un tío libre, le importa una mierda todo, de verdad. El cabrón te monta una orgía funk así por las buenas y sin avisar. Comienza lentito y sin que te des cuenta rompe el tema y le vuelve a dar forma una y otra vez...bufff, la ostia. Es todo un viaje loco al más puro estilo Batdance.
Momento cumbre de el segundo cd, sin duda alguna.

Hay un dato curiosete con respecto a la chavala del sample que dice "sex me" y que rapea a mitad de la canción. La tal Poet 99, que así se hace llamar, le hizo llegar a Prince unas grabaciones con ella rapeando y tal. A Prince le moló tanto que le puso música.
El experimento quedó en un bootleg de cinco canciones (Prince+Poet99), bastante majete por cierto, que circula entre el fándom.
Prince extrajo de ahí una gran cantidad de samples que han ido apareciendo en diversas canciones.

The Holy river.
Después de la locura funk de Joint 2 joint, llega un momento introspectivo. Éste es una de esas obras maestras que Prince se saca de la manga muchas veces. Quizá el marcado tono espiritual con ese rollo de bañarse en el rio santo y dejarse llevar por el amor a Dios sea un poco pesado, pero sinceramente me da igual. Ya tengo el culo pelado con Prince y sus movidas espirituales como para asustarme con el rollo cristiano que desprende esta genialidad.
Me da un poco de rabia que entre los fans de Prince no salgan más voces alabando ésta maravilla de canción.

Let´s have a baby.
Y de vuelta al pastel, ésta vez adaptando en su forma de cantar a los viejos blues man de los cuarenta. Lógicamente ésta canción refleja la ilusión que tenía el pavo con su futura paternidad. Interpretada fantásticamente y poco más. Para mí un relleno que me corta un poco el rollo después de la maestría exhibida en The holy river.

Saviour.
Otra bestialidad de canción muy cercana al rock sinfónico. Dedicada a su mujer y llena de metáforas a pétalos de flores, ramas de árboles y raíces para hablar de lo que significa Mayte para él. Impresionante canción con el morbo de tener en ella a Michael B. en la batería, Sonny T. al bajo y al Barbarella con los teclados osea, la vieja NPG de primeros de los 90.
Genialidad que pone los pelos de punta

The plan.
En realidad esta pieza instrumental fue incluída como teaser de su próximo proyecto Kamasutra.
Un álbum instrumental compuesto e interpretado por Prince con motivo de su boda con Mayte. El Kamasutra éste tiene el inmenso honor de aunar todas las opiniones de los fans de Princeque por lo general solemos ser muy dispares con respecto a gustos musicales, en una sola dirección: basura infame. Aunque siendo generoso, yo rescato algún tema suelto por ahí, en especial el The Everchanging light que por momentos parece inspirado en las fiestas de los moros y cristianos de Alcoy.
Se publicó en 1998 junto al cuádruple cd Crystal Ball (una recopilación de descartes que puso a la venta a través de su web de entonces, más un cd llamado The Truth, que es una joya inmensa).

Friend, lover, sister, mother, wife.
Y con otro momento edulcorado cerramos ésta segunda parte. Como casi todas las canciones está inspirada en Mayte, (que con lo buena que está la tipa, era normal estar así de gilipollas y pesao).
En ésta ocasión le declara todas las cosas que significa para él (amiga, amante, hermana, madre, esposa). Casi me avergüenza admitir que ésta pastelada me encanta, tiene un tempo, unos coros y un feeling que me mola mucho. Se nota que puso toda su energía en ésta composición.
El momento guitarra acústica es sencillamente fantástico y el cierre de la canción con el sonido de las olas del mar representan la tranquilidad sentimental por la que está pasando el amigo.
Buen tema para cerrar su periplo romantiquero.

Conclusión:
Con este segundo acto, bastante flojo en términos generales, nos hemos enfrentado a la zona más romanticona, aburrida y repetitiva de Emancipation.
A pesar de haber relleno, hay unos cuantos buenos temas como Sex in the summer, Joint 2 joint, The holy river, SaviorFriend, lover, sister, mother, wife que por su presencia hace valer la pena la escucha.

Ya solo falta cerrar el círculo con la tercera y última parte centrada en la libertad.

concluirá...




martes, 1 de abril de 2014

Emancipation: Amor, sexo y libertad, parte 1.

Siguiendo la estela de reseñar discos de Prince, hoy me voy a centrar en el tercer disco que publicó sin su nombre en portada y el primero alejado de los "negreros" de Warner Bros.

Emancipation, que así se llama el lp, tiene de todo en sus tres horas de duración: virtuosismo, genialidad, cutrez, maestría, barroquismo y pasteleo. Todo combinado con casi cualquier género musical: soul, funk, rock, pop, disco, experimentos rarufos e incluso algún coqueteo con swing, hip hop, rap y dance.

Fue publicado en 1996 y a día de hoy está olvidadísimo hasta por el propio Prince. Lástima, por que al margen de algunas cosas mejorables, en conjunto, Emancipation no está nada mal. No es su Ciudadano Kane, como vendía el tipo cuando iba promocionándolo, pero creo que tampoco lo necesita (para eso ya tenía en su haber bestialidades como 1999, Purple rain, Love symbol, The Rainbow Children ó Sign of the times).
Es mi opinión, claro; que igual que culos, todos tenemos una diferente de los demás.

La portada con ese amanecer intenso hace una clara alusión a esa enigmática frase que aparecía en casi todos sus discos anteriores desde 1984May u live 2 see the dawn (Vive para ver el amanecer), pero ésta vez en el libreto de Emancipation es sustituido por un: Welcome 2 the dawn (Bienvenido al amanecer) remarcando que ha alcanzado su meta de libertad y esas cosas.

Las cadenas rotas, y sus puños en alto evocan la liberación de su discográfica (aunque aún les tendrá que ir entregando más discos hasta el año 2000). Salvo en contadas ocasiones siempre tuvo manga ancha en Warner Bros por mucho que él diga y le mole hacerse el víctima. Solo hay que pensar en que le dejaban publicar temazos marranos como head (una canción sobre una tipa que le hace una mamada) o lady cab driver (con los gemidos y gritos de una muchacha mientras echan un polvete a mitad de canción), por citar solo dos ejemplos.

Fuera como fuese, y gracias a la movida de cambiar su nombre por un símbolo (no podía publicar música por su cuenta fuera de Warner Bros ya que su nombre estaba ligado por contrato a la discográfica) Prince llegó a un acuerdo puntual con Emi para publicar Emancipation gozando de carta blanca para hacer lo que le saliera de las narices.
Y vaya si lo hizo, si.

El libreto interior nos muestra al artista en plan rollo místico, retoques fotográficos a patadas, algunas imágenes que evocan su ilusión de ser padre, sus gilipolleces de siempre y partes de su estudio/mansión Paisley Park con su decoración hortera de nuevo rico.
Se echan en falta las letras y el staff en el pack, aunque hay unas leves aclaraciones en el libreto que saben a poco.
Tambien tenías la opción de comprar por teléfono o por internet (con la movida que suponía eso en 1996) un libreto con las letras. Eso sí, el artwork es bastante espantoso, aunque alguien habituado al rollo de Prince ya nada le asustaba.


Antecedentes:
¡Pobretico el esclavo, mare!
Hacía pocos meses que el artista antes conocido como Prince se había suicidado, comercialmente hablando, con Chaos and Disorder, 1996. Aquel lp cogió con el pie cambiado a la mayoría de su público, el cual esperaba algo en la onda de su anterior trabajo The gold experience

Chaos and disorder muestra a un Prince bastante encabronado y pullero navegando por aguas bastante más rockeras que de costumbre. 

El disco tuvo muy poca vida comercial, aunque el single Dinner with Delores, un tema bastante pop y asequible al oído, si se hizo hueco en las radiofórmulas timidamente.
Seguramente, el registro musical unido a su cambio de nombre por el símbolo raro ese ayudó muy poco al disco y las críticas musicales, seguramente alentadas por las discográficas, se lanzaron a su cuello diciendo tonterías del estilo: "Prince está acabado, este tío está loco, ha perdido su genio, come niños, le huelen los pies....etc.."
En esas circunstancias, con la credibilidad por los suelos y medio mundo riéndose de su cara y de su símbolo, el tipo centró sus esfuerzos en conmemorar su nueva libertad creativa con Emancipation.

Prince con el ombliguico al aire en Paisley Park.
Amor, sexo y libertad son los tres ejes alrededor sobre el que giran las 36 canciones del triple. Aunque yo diría que gira en torno al Amor, y es que si hay algo que destila todo Emancipation en cantidades industriales es el azúcar. Se nota a la legua que el tío estaba enamorado como un pringao de su mujer Mayte García, y el Prince cerdaco y salido de madre pasaba a un segundo plano.




El disco tiene grandes canciones que como dije más arriba ha olvidado por completo -creo que solo dos o tres de ellas las ha defendido en vivo en los últimos ocho o diez años.

Teorizo que la razón del ostracismo al que ha abocado a éste disco es debido a que en esas fechas, noviembre de 1996, su hijo, con apenas varios días de vida, moría por una extraña enfermedad.
El tipo las pasó putas; de hecho se cotillea que esa es la principal razón por la que se hizo testigo de Jehová en el año 2000 y se dejó de cantar marranadas sobre felaciones o folleteos.

Juega un poco en contra (o a favor, según quien mire) del disco los típicos excesos y tics de Prince como el alargar los minutos en algunas canciones de forma gratuita e innecesaria, el exceso de uso de sintetizadores y Fx, la sobreproducción en casi todas las canciones o la falta de frescura (me refiero a que todos los sonidos suenan muy planeados y mecánicos); pero juega a su favor la madurez sonora en la mayoría de las composiciones, el uso del bajo en muchos pasajes y multitud de detalles de producción que se escuchan durante las tres horazas del álbum. La duración exacta de cada uno de los tres cds es de 60'01 minutos y se comentaba que tenía algo que ver con los grados de inclinación de la gran pirámide de Gizah o algo así. No deja de ser rumorología, pero la verdad es que suena mucho a paja mental de Prince.

Como casi siempre, el clásico producido, compuesto, arreglado e interpretado por Prince va a ser la nota predominante, pero abundan las colaboraciones de antiguos miembros de The Revolution como Eric Leeds; la nueva configuración de la New Power Generation: Rhonda SmithKat Dyson, Mr. Hayes, Kirk A. Johnson, Mike Scott o la presencia en algún tema de algunos miembros de la primera alineación como Rosie Gaines, Michael Bland, Sonny Thompson y Tommy Barbarella. Y para rematar, el amigo Prince deja a algunos coleguitas como Kate Bush, Scrap D. Chante Moore o Poet 99 asomar el hocico un poco.

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Jam of the year
Alegre, buen rollera y con el tiempo justo para que, sin llegar a ser una maravilla, nos transporte a una jam princera cojonuda. En el tema está arropado por Rosie Gaines en los coros y por Eric Leeds y Walter Chancellor Jr en los vientos. No vuelve loco a nadie, pero cumple bien su función de divertir.

Right back here in my arms:
La canción no tira de espaldas ni nada, tiene un sinte muy característico, un rollo cercano al electrofunk y una letra resultona con un par de versos rapeando.
El estilo de canción me pega más para el difunto blanqueado Jackson.
Canción de relleno y no demasiado reseñable tampoco.

Somebody's somebody:
Un temica con una profunda alma soul. Tiene un rollo melancólico que refleja con esa idea que impregna toda la canción de no querer estar solo y de ansiar pertenecer a alguien. Por ahora la cosa no falla. Vas bien Prince. Aquí una versión en directo en el programa de Rosie O'donell.

Get U groove On:
Canción Prince 100%, casi da en la diana de pleno si no fuese por que resulta muy mecánica en su interpretación, si incluyera unos vientos más potentes, quitara algunos sonidos que la recargan, el diálogo chorra y recortara la canción dos minutos sería una puta joya.
Muy disfrutable los tres primeros minutos, después se deshincha y termina por cansar a un santo. Eso si, si uno es de alma bailonga, se te van los pies detrás.

Courtin' time:
Primera sorpresa auditiva. A las primeras escuchas puede parecer fuera de lugar pero encaja dentro de la cabeza loca que tiene Prince. Joder, esta cosa es dinamita pura; una canción rollo lindy hop muy agradable y con unos vientos cojonudos.

Betcha by golly Wow
El primer cover que editó en un disco oficial de un grupo llamado the Stylistics; dedicado a su mujer, y con un falsette acojonante al final. Aquí se le nota la ilusión que tenía el tipo por su paternidad y el gilipollismo amoroso que se traía entre manos. Todo un vehículo para exhibirse vocalmente.

We gets Up:
Canción bastante tontorrona, pero con un feeling entre guitarra y saxo cojonudos. Un fraseo de guitarra que juguetea con unas palmas en la fase final aporta un cojonudo cierre. La impresionante Rhonda Smith toca aquí el bajo, y Eric Leeds y otro fulano que no recuerdo aportan los vientos.

White Mansion:
Prince se tira al soul/pop negro blandico e inocuo. La canción es una soplapollez sobre una "mansión blanca en la cima del mundo" que supongo se referirá a su casa/estudio Paisley Park. Solo por la línea de bajo, que me parece muy sencillica pero efectiva, la soporto. Aún así es un relleno más.

Damned If I do:
Una canción de esas que pasa muy desapercibida en la que emula a la guitarra a su héroe Carlos Santana. Con el pasar del tiempo, para mí, ésta canción ha ganado mucho.
Quizás sea bastante sonrojante el diálogo en castellano entre Mayte y un besugo al que le huele el aliento casi al final, pero no está nada mal la canción con ese rollete rock latino que desprende. El solo final en 03:50, es una de las tantas genialidades que van regando el disco.

I can´t make u love me:
Canción tristona sobre amores no correspondidos y marrones variados; además es el segundo cover de Emancipation, la original es de Bonnie Raitt, de la que no tengo el placer de saber mucho de ella. Es un poco aburrida pero gana bastante si uno se fija en los detalles técnicos y el trabajo de Eric Leeds con el saxo y la flauta y el de Rhonda Smith en el bajo.

Mr. Happy:
Prince tira por el camino del hip hop y el rap. Abundancia de teclas y de scratches.
Cuando la escucho, recuerdo a un colega rapero de la mili que flipaba con ésta canción...pues vale, bien por él. A mí me aburre el tema, a excepción de cuando se acaba :)
Para hacerse el guay y el modernete, Prince, añade samples del What Can I do de Ice Cube por ahí y un rapero llamado Scrap D hace el notas al final.

In this Bed I scream:
Dedicada a Wendy, Lisa y Susannah. Las dos primeras, pareja sentimental, guitarrista  y teclista de The Revolution, su anterior grupo, y la última, hermana de Wendy y ex novia de Prince (con la que no acabó demasiado bien). Gracias a la relación con Susannah, Prince creó algunos temazos como Nothing compares 2 U o If I was your girlfriend.

La canción trata sobre el distanciamiento que se fue incrementando con el tiempo entre ellos -seguramente ayudados por las chulerías y gilipolleces del mismo Prince.
El minuto y poco instrumental final, con esa guitarra marciana, los scratchs y el solo de bajo, es un puto momentazo que sólo un genio funk es capaz de hacer.

Por citar un cotilleo: se dice que una de las muchas razones de la ruptura de The Revolution, fue que a Prince no le hacía mucha gracia que Wendy y Lisa hicieran la tijeraPrince les decía que irían al infierno y no sé que locuras más.
Resulta irónico que un tipo con pinta de la más maricona del barrio vaya por la vida con tonterías así.
Y con respecto a Susannah Melvoin, la chica estaba colgada por él, pero parece ser que Prince no se lo tomaba muy en serio e iba por ahí poniéndole los cuernos como un cabrón.

Insisto; es una de las tantas cosas que se cuentan por ahí, y de Prince hay circulando muchas historias poniéndolo como si fuera el anticristo (algunas más creíbles y otras no tanto).



Conclusión:
En definitiva, la primera hora no está nada mal. Como puntos fuertes destaco sobre todo el tramo final de In this bed I scream, el buen rollete que desprende Get U groove On (aunque luego caga la canción dándole vueltas y vueltas sin objetivo), la interpretación vocal de Betcha by Golly Wow!, el riff, los hornzs y las palmas de We gets Up, las teclas en Right back here in my arms y la joyaza sorpresa que es Courtin' time. Por citar algún dato negativo, Mr. Happy y White mansion no me dicen mucho.


                                                                 continuará...