
Emancipation, que así se llama el lp, tiene de todo en sus tres horas de duración: virtuosismo, genialidad, cutrez, maestría, barroquismo y pasteleo. Todo combinado con casi cualquier género musical: soul, funk, rock, pop, disco, experimentos rarufos e incluso algún coqueteo con swing, hip hop, rap y dance.
Fue publicado en 1996 y a día de hoy está olvidadísimo hasta por el propio Prince. Lástima, por que al margen de algunas cosas mejorables, en conjunto, Emancipation no está nada mal. No es su Ciudadano Kane, como vendía el tipo cuando iba promocionándolo, pero creo que tampoco lo necesita (para eso ya tenía en su haber bestialidades como 1999, Purple rain, Love symbol, The Rainbow Children ó Sign of the times).
Es mi opinión, claro; que igual que culos, todos tenemos una diferente de los demás.
La portada con ese amanecer intenso hace una clara alusión a esa enigmática frase que aparecía en casi todos sus discos anteriores desde 1984: May u live 2 see the dawn (Vive para ver el amanecer), pero ésta vez en el libreto de Emancipation es sustituido por un: Welcome 2 the dawn (Bienvenido al amanecer) remarcando que ha alcanzado su meta de libertad y esas cosas.
Las cadenas rotas, y sus puños en alto evocan la liberación de su discográfica (aunque aún les tendrá que ir entregando más discos hasta el año 2000). Salvo en contadas ocasiones siempre tuvo manga ancha en Warner Bros por mucho que él diga y le mole hacerse el víctima. Solo hay que pensar en que le dejaban publicar temazos marranos como head (una canción sobre una tipa que le hace una mamada) o lady cab driver (con los gemidos y gritos de una muchacha mientras echan un polvete a mitad de canción), por citar solo dos ejemplos.
Fuera como fuese, y gracias a la movida de cambiar su nombre por un símbolo (no podía publicar música por su cuenta fuera de Warner Bros ya que su nombre estaba ligado por contrato a la discográfica)
Y vaya si lo hizo, si.
El libreto interior nos muestra al artista en plan rollo místico, retoques fotográficos a patadas, algunas imágenes que evocan su ilusión de ser padre, sus gilipolleces de siempre y partes de su estudio/mansión Paisley Park con su decoración hortera de nuevo rico.
Se echan en falta las letras y el staff en el pack, aunque hay unas leves aclaraciones en el libreto que saben a poco.
Tambien tenías la opción de comprar por teléfono o por internet (con la movida que suponía eso en 1996) un libreto con las letras. Eso sí, el artwork es bastante espantoso, aunque alguien habituado al rollo de
Antecedentes:
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¡Pobretico el esclavo, mare! |
Chaos and disorder muestra a un
El disco tuvo muy poca vida comercial, aunque el single Dinner with Delores, un tema bastante pop y asequible al oído, si se hizo hueco en las radiofórmulas timidamente.
Seguramente, el registro musical unido a su cambio de nombre por el símbolo raro ese ayudó muy poco al disco y las críticas musicales, seguramente alentadas por las discográficas, se lanzaron a su cuello diciendo tonterías del estilo: "Prince está acabado, este tío está loco, ha perdido su genio, come niños, le huelen los pies....etc.."
En esas circunstancias, con la credibilidad por los suelos y medio mundo riéndose de su cara y de su símbolo, el tipo centró sus esfuerzos en conmemorar su nueva libertad creativa con Emancipation.
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El disco tiene grandes canciones que como dije más arriba ha olvidado por completo -creo que solo dos o tres de ellas las ha defendido en vivo en los últimos ocho o diez años.
Teorizo que la razón del ostracismo al que ha abocado a éste disco es debido a que en esas fechas, noviembre de 1996, su hijo, con apenas varios días de vida, moría por una extraña enfermedad.
El tipo las pasó putas; de hecho se cotillea que esa es la principal razón por la que se hizo testigo de Jehová en el año 2000 y se dejó de cantar marranadas sobre felaciones o folleteos.
Juega un poco en contra (o a favor, según quien mire) del disco los típicos excesos y tics de
Como casi siempre, el clásico producido, compuesto, arreglado e interpretado por Prince va a ser la nota predominante, pero abundan las colaboraciones de antiguos miembros de The Revolution como Eric Leeds; la nueva configuración de la New Power Generation: Rhonda Smith, Kat Dyson, Mr. Hayes, Kirk A. Johnson, Mike Scott o la presencia en algún tema de algunos miembros de la primera alineación como Rosie Gaines, Michael Bland, Sonny Thompson y Tommy Barbarella. Y para rematar, el amigo
I
Jam of the year:
Alegre, buen rollera y con el tiempo justo para que, sin llegar a ser una maravilla, nos transporte a una jam princera cojonuda. En el tema está arropado por Rosie Gaines en los coros y por Eric Leeds y Walter Chancellor Jr en los vientos. No vuelve loco a nadie, pero cumple bien su función de divertir.
Right back here in my arms:
La canción no tira de espaldas ni nada, tiene un sinte muy característico, un rollo cercano al electrofunk y una letra resultona con un par de versos rapeando.
El estilo de canción me pega más para el difunto blanqueado Jackson.
Canción de relleno y no demasiado reseñable tampoco.
Somebody's somebody:
Un temica con una profunda alma soul. Tiene un rollo melancólico que refleja con esa idea que impregna toda la canción de no querer estar solo y de ansiar pertenecer a alguien. Por ahora la cosa no falla. Vas bien
Get U groove On:
Canción
Muy disfrutable los tres primeros minutos, después se deshincha y termina por cansar a un santo. Eso si, si uno es de alma bailonga, se te van los pies detrás.
Courtin' time:
Primera sorpresa auditiva. A las primeras escuchas puede parecer fuera de lugar pero encaja dentro de la cabeza loca que tiene Prince. Joder, esta cosa es dinamita pura; una canción rollo lindy hop muy agradable y con unos vientos cojonudos.
Betcha by golly Wow:
El primer cover que editó en un disco oficial de un grupo llamado the Stylistics; dedicado a su mujer, y con un falsette acojonante al final. Aquí se le nota la ilusión que tenía el tipo por su paternidad y el gilipollismo amoroso que se traía entre manos. Todo un vehículo para exhibirse vocalmente.
We gets Up:
Canción bastante tontorrona, pero con un feeling entre guitarra y saxo cojonudos. Un fraseo de guitarra que juguetea con unas palmas en la fase final aporta un cojonudo cierre. La impresionante Rhonda Smith toca aquí el bajo, y Eric Leeds y otro fulano que no recuerdo aportan los vientos.
White Mansion:
Damned If I do:
Una canción de esas que pasa muy desapercibida en la que emula a la guitarra a su héroe Carlos Santana. Con el pasar del tiempo, para mí, ésta canción ha ganado mucho.
Quizás sea bastante sonrojante el diálogo en castellano entre Mayte y un besugo al que le huele el aliento casi al final, pero no está nada mal la canción con ese rollete rock latino que desprende. El solo final en 03:50, es una de las tantas genialidades que van regando el disco.
I can´t make u love me:
Canción tristona sobre amores no correspondidos y marrones variados; además es el segundo cover de Emancipation, la original es de Bonnie Raitt, de la que no tengo el placer de saber mucho de ella. Es un poco aburrida pero gana bastante si uno se fija en los detalles técnicos y el trabajo de Eric Leeds con el saxo y la flauta y el de Rhonda Smith en el bajo.
Mr. Happy:
Cuando la escucho, recuerdo a un colega rapero de la mili que flipaba con ésta canción...pues vale, bien por él. A mí me aburre el tema, a excepción de cuando se acaba :)
Para hacerse el guay y el modernete,
In this Bed I scream:
Dedicada a Wendy, Lisa y Susannah. Las dos primeras, pareja sentimental, guitarrista y teclista de The Revolution, su anterior grupo, y la última, hermana de Wendy y ex novia de Prince (con la que no acabó demasiado bien). Gracias a la relación con Susannah, Prince creó algunos temazos como Nothing compares 2 U o If I was your girlfriend.
La canción trata sobre el distanciamiento que se fue incrementando con el tiempo entre ellos -seguramente ayudados por las chulerías y gilipolleces del mismo Prince.
El minuto y poco instrumental final, con esa guitarra marciana, los scratchs y el solo de bajo, es un puto momentazo que sólo un genio funk es capaz de hacer.
Por citar un cotilleo: se dice que una de las muchas razones de la ruptura de The Revolution, fue que a Prince no le hacía mucha gracia que Wendy y Lisa hicieran la tijera. Prince les decía que irían al infierno y no sé que locuras más.
Resulta irónico que un tipo con pinta de la más maricona del barrio vaya por la vida con tonterías así.
Y con respecto a Susannah Melvoin, la chica estaba colgada por él, pero parece ser que Prince no se lo tomaba muy en serio e iba por ahí poniéndole los cuernos como un cabrón.
Insisto; es una de las tantas cosas que se cuentan por ahí, y de Prince hay circulando muchas historias poniéndolo como si fuera el anticristo (algunas más creíbles y otras no tanto).
Conclusión:
En definitiva, la primera hora no está nada mal. Como puntos fuertes destaco sobre todo el tramo final de In this bed I scream, el buen rollete que desprende Get U groove On (aunque luego caga la canción dándole vueltas y vueltas sin objetivo), la interpretación vocal de Betcha by Golly Wow!, el riff, los hornzs y las palmas de We gets Up, las teclas en Right back here in my arms y la joyaza sorpresa que es Courtin' time. Por citar algún dato negativo, Mr. Happy y White mansion no me dicen mucho.
continuará...
Juzgar a los demás es tan fácil...y nada menos que a Prince.
ResponderEliminarmuy buena reseña, me ha levantado del sofa...a la coleccion de cds del maestro. gracias
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